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El tribunal condena a las cuatro bestias

“Estaba mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sentó un Anciano de Días. Su vestidura era blanca como la nieve y el cabello de su cabeza era como la lana limpia. Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él. Miles de miles le servían y millones de millones estaban de pie delante de él.

“El tribunal se sentó y los libros fueron abiertos. 11 Entonces yo miraba, a causa del sonido de las palabras arrogantes que hablaba el cuerno. Miré hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo fue destrozado y entregado a las llamas del fuego.

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